La farandulización de la política, un esbozo.

"Lamentablemente, en política todo vale... y lo que hace PAIS (sobre el uso de personajes conocidos de medios de comunicación y deportistas), lo hacen todos los partidos. Todos sucumbimos" Octavio Villacreses, quien buscará la reelección en la provincia del Guayas por Alianza PAIS.

 

Una frase lapidaria que se enmarca en la lamentable realidad del actual panorama político - electoral del país: recurrir a este medio para no desaparecer del mapa y que la población siga eligiendo a la tendencia gubernamental y a la oposición, que no ha aprendido nada.

 

El movimiento gubernamental actual llegó con ese punto de quiebre: el cuestionar esa parte del status quo que tenía postrado al país, sí, ciertamente es legítimo y legal el que las personas logren acceder a un cargo de elección popular, pero entramos en ese círculo casi virtuoso de la política donde la misma tendencia, que fue respaldada masivamente por ese mecanismo para llegar, ahora use esas prácticas, tan cuestionadas por mucha parte de la población.

 

Pero el mea culpa es de varias vías. La ciudadanía ha perdido vocación "ciudadana" y ve fácil el elegir al conocido, pero entendible posición, cuando la educación en materia de derechos es algo tan pobre que, cuando toca aplicar, no saben cómo hacerlo; no es menos menesteroso que los "partidos políticos" recurran a este método porque saben que es más fácil y barato, además van a lo seguro para evitar el sacrificio de sus números. El socialcristianismo y el rodosismo fueron casi fundadores de estos medios, pero a los primeros les resultó a raíz de que la labor en Guayaquil (particularmente) fue de rescate al ahogado; al roldosismo fue todo lo contrario.

 

Por tanto y en el más sentido común, no hay lógica natural que abogue para que ellos no puedan candidatizarse y ahí entra ese círculo virtuoso para el actual andamiaje político - electoral: población pobre en derechos civiles y políticos, partidos políticos que buscan sostener su actual modelo funcional, y "establishment gubernamental" que juega a lo mismo con recambios orgánicos.

 

A la legislatura (Parlamento, Congreso o Asamblea Nacional) se le ha dado el peso de ser la "expresión máxima del pueblo", tal vez por eso sea que la merezcamos en el fondo, pero eso no desacredita que los pensadores del la Ilustración le dieran la concepción (incluso desde antes de este proceso, en Inglaterra se tenía la idea clara que era la institución política más importante - Locke retomó el principio) de que el peso máximo de un pueblo deba radicar en las más amplias voces, las que puedan ser que lleven la necesidad plena del sentir popular. Pero eso no pasa acá.

 

Al Parlamento local le toca regirse bajo el mencionado problema que vuelve a lo mismo, ¿cómo darle una solución a tan enmarañado problema, sin que eso pueda afectar el legítimo y legal deseo de aquellos/as que buscan un puesto en dicha Función del Estado?

 

Un complejo escenario el que se vivirá en febrero 2017, ya hay incluso voces que hablan de un rechazo a las candidaturas, pero eso quedará en simples voces porque el mundo real no está en la Internet. Ojalá y sea un error conceptual.

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