Corrupción como legado del correísmo.

A Jorge Glas sólo le faltó llorar hoy porque desmentir era lo natural, pero la evidencia es abrumadora y si algo le queda de decencia (si alguna vez la tuvo), renunciar a su cargo de vicepresidente es lo más ético.

 

Sabemos que eso es poco posible, pero no hay que perder la esperanza, algo que lamentablemente el ecuatoriano promedio no tiene en estos momentos luego de conocer hasta donde andamos endeudados, porque si el expresidente Correa sabía de algo era de endeudarse a más no poder, y hay evidencias que violentó la ley en este sentido.

 

Corrupción es un término muy conocido en el país, algo que incluso se practica desde las más bajas clases sociales hasta las altas, pero no todos conciben a un Ecuador con este mal que sigue haciendo daño, pero en 10 años de correísmo (ahora hay continuismo) ese mal se volvió un cáncer, tanto que se arraigó en las más altas estructuras del Estado, a tal grado que la institución llamada a controlar a los poderes del país en el ámbito público fue el medio para los más sucios negociados que se hayan visto muy posiblemente desde la era republicana.

 

Ecuatorianos, ni Glas ni Moreno son los indicados para sacar al país del atolladero en el que nos encontramos, ambos deben ser juzgados porque son autores y cómplices del atraco más grande que el país haya visto, exigirles la renuncia a cada uno es el deber ser para sanear todo el aparataje estatal.

 

Audio de delator de Odebrecht también menciona a Jorge Glas