La Función Judicial en el Ecuador y su debilitamiento postcorreísmo, caso FEF - GolTv: una perspectiva sociológica.

Recordaba la importancia del estudio de la cívica antes de hacer este escrito: siempre se me venía a la mente un libro de pasta negra para los quintos cursos (segundo de diversificado) y, si bien cursé contabilidad, las ciencias sociales siempre fueron de mi agrado, por ese especial interés que concitaba el estudio de la "sociedad".

 

Importante es esto, mas, ya no se hace un estudio de la misma e inclusive a la mayoría le parece poco relevante el estudio de todo esto por ser "poco práctico" en la "vida cotidiana". La realidad es que es todo lo contrario: el estudio de la política debería ser parte primordial en los años de estudio secundario para que, en el futuro, los que se benefician de esto no sean víctimas de cualquier improvisado. Y si hablamos de la división de los poderes de Estado, más todavía.

 

Son tres las Funciones que se derivan del Estado. En el Ecuador "nacieron" dos más bajo el correísmo de la Constituyente del 2008: Función de Transparencia y Control Social y la Función Electoral: la primera es la consolidación corporativista de las instituciones de control del Estado y la sociedad civil en su lucha contra la corrupción, y la relativa a todo lo relacionado a la acción electoral.

 

Es la Función Judicial de la que expondré algo relativamente corto. Una visión del porqué su actual estado no le permite "maniobrar" de manera eficaz en su función natural: la de perseguir la Justicia en todo ámbito.

 

Luego de la naciente Carta Magna, la Función Ejecutiva fue la más beneficiada: sobre la figura presidencial recaía una especie de "híper presidencialismo" que le permitió, inclusive, otorgarle a su vicepresidente las competencias luego de sus investidura, y si bien en la papeleta electoral ambos formaban un binomio, en la práctica real el segundo a bordo sólo era una figura decorativa, ya que incluso en caso de que el presidente dejara temporalmente su cargo por un tema que no fuera por enfermedad o fuerza mayor, debía expresar que dejaba el mismo al vicepresidente, porque eso no quedó establecido en la Carta Magna. Tal era la poca importancia de la segunda magistratura del Ejecutivo que, en caso de abandono temporal, el presidente podía dejar encargado a un ministro de su interés (Carta Magna 2008, artículos 146 al 150).

 

Sobre la figura de Rafael Correa se dictaban las principales órdenes en todos los estamentos conocidos dentro del país (hoy, algunos ya se preguntan en que parte o ámbito de la sociedad NO fue tan siquiera mencionado en la era correísta) y la Función Judicial no era ajeno a esto, es más, la politización que tuvo dicho ente fue mucho más visible que antaño, ya que en casos que no constaban dentro de cualquier línea roja del Ejecutivo, el poder del correísmo se hizo sentir, como el famoso caso del principito, donde la esposa del primer mandatario apoyó abiertamente al profesor abusador de un menor sin el más mínimo rubor; así como también el caso del hombre del monigote acusado de terrorista, un personaje que no representaba un problema para ellos, pero que durante su enjuiciamiento, la mayoría de los ministros de Estado estaban presentes, mostrando el músculo estatal ante una sociedad que estaba arrinconada ante semejante demostración de poder. El mismo caso del padre del exvicepresidente Jorge Glas hoy sigue siendo ejemplo del poder político que ejerció el correísmo en la Función Judicial.

 

Claramente vemos que, ante la presión ejercida, los jueces no les quedó de otra que cumplir designios del Ejecutivo: el gobierno y el Estado se fundieron en una persona. Las decisiones emanadas de la Justicia ya no respondían a la civilidad jurídica, sino al interés político del que dirigía el país.

 

En mayo del 2017 llega al poder Lenin Moreno y era un cambio de tuerca, aunque si bien ha buscado alejarse de las acciones que el anterior régimen realizó, es tan bien cierto que la voluntad política del actual mandatario está cargada de una retórica romántica que hasta el momento sólo ha dado muestras de buscar pasar el momento en cuanto sea posible. Hay algo de pragmatismo e inclusive de utilitarismo en el gobierno actual, buscando acercarse a los sectores que, en teoría, fueron los más afectados por la década gobernada por Correa, pero en la cotidianeidad hay cierta resistencia en eso y, muy posiblemente, ésta se vea reflejada en la popularidad de Moreno, que está en bajada.

 

El 2018, con este escenario previo y antes de arrancar el torneo nacional de fútbol: el 24 de enero del mismo, la Justicia ordenó a la FEF celebrar un nuevo contrato relativo a los derechos audiovisuales de televisión. La acción de protección, que fue interpuesta por el político Abdalá "Dalo" Bucaram y patrocinada por Pedro Granja, tuvo sentencia favorable y, a partir de este momento, empezaría una verdadera novela, que, en la práctica, todavía no logra tener un cierre definitivo. 

 

Los demandantes, en el juicio de dicha figura, consideraban que la FEF realizó un concurso para ceder dichos derechos a la empresa del uruguayo Francisco "Paco" Casal con fuertes manifestaciones irregulares, muy particularmente en dos puntos: carecía de transparencia y no se hacía en igualdad de condiciones. El abogado patrocinador del político manifestó en su momento que Goltv tenía una fuerte ventaja sobre sus competidoras ya que, en concordancia con lo que decía Francisco Egas, directivo de U. Católica, ya venían trabajando con dicha operadora, en ese sentido no tenía una razón el celebrar el concurso cuando ya estaba claro quién iba a ganar el mismo; además, todo lo realizado en torno a ella estaba bajo sigilo, que se anula en el momento que FEF hace público el contrato entre ellos y GolTv al mostrarle al juez competente el mismo. La Justicia dictaminó que se celebre otro concurso.

 

La FEF y todos sus integrantes se vieron atrapados en una situación delicada, pues era la primera vez que la Justicia los ponía contra las cuerdas, inclusive se vieron forzados a pedir "alcance" a la FIFA sobre la cuestión, y en este caso, el ente rector del fútbol mundial no quiso entrar en el juego (pues estaba fresca la idea del FIFAGate, que era también por temas de derechos televisivos) y le dejó claro a la FEF (su agremiada) que los derechos relativos en esta materia le pertenecen, sin embargo, la licitación de los mismos debía "ser realizado de conformidad con el marco normativo aplicable de la República del Ecuador". Una respuesta que dejó fuera de combate a la FEF.

 

Sin embargo, la FEF tuvo un respaldo inesperado: el peso corporativo de los medios de información.

 

Y aquí se abrió una verdadera guerra donde estaban dos bandos claramente identificados: los que defendían la "privacidad" de la FEF en hacer los contratos que sean convenientes a su interés y los que buscaban que todo "sea transparente". Fue un verdadero fuego cruzado que se tomó, en algunos casos, los mismos micrófonos. Pero el caso de Mario Canessa fue el más representativo de todos.

 

Años atrás se presentaba como una figura modernizadora del fútbol, en su visión creo River Ecuador y logró que éste equipo jugará en Serie A (ahora Guayaquil City), inclusive su nombre sonó fuerte para encabezar la FEF en momentos que ya Luis Chiriboga tenía cerca el caso que cambió el fútbol contemporáneo (siendo después detenido), Canessa mostraba una imagen imparcial e intachable, con antecedentes en el deporte que pocos podían cuestionar y era el elegido para darle un punto de inflexión en el manejo del fútbol nacional.

 

Fue el caso de marras que modificó toda su acción conductual: no sólo que despotricó la acción judicial atacándola bajo el pretexto de que tras ella habían políticos de por medio, sino cuestionó por qué el momento; incluso dejó claro que la FIFA y Conmebol consagraban "la independencia de la FEF para tomar decisiones en sus asuntos sin injerencia de terceros" y eso dividió fuertemente a la opinión pública, ya que, ¿era posible que la Justicia estuviera obrando mal en este tema? Fueron dos veces que la Función Judicial le dio la razón a los demandantes. Hasta ahora no hay un sólo procesado en la materia.

 

La FEF al final hizo el concurso (¿?) "bajo protesta". Hubo desacatos manifiestos que, en cualquier sociedad civilizada, debería tener en prisión a los que pidieron "torear decisiones judiciales" o, en el peor caso, decirles a los jueces "que vayan a mandar en sus casas".

 

La fortaleza mediática influyó poderosamente en el reparto de Justicia por parte de la Función de Estado de marras, desde esas corporaciones se encargaron de dinamitar su legitimidad, pero, en consonancia con lo vivido previamente, era natural que la Justicia no tuviera el peso para hacer respetar sus decisiones, el producto de esto tiene su antecedente, manifestado inicialmente.

 

 

Imposible creer que este órgano estatal pueda recuperarse en poco tiempo. Vemos que en casos de mayor trascendencia carece de fuerza para poder cumplir su rol y, eso es peligroso para una República: ¿qué se puede esperar de la Función Judicial en este y otros casos? o, mejor dicho, ¿qué puede aspirar la ciudadanía del ente encargado de resolver, vía ley, las discrepancias que existen en la sociedad si su accionar carece de legitimidad? Es "voz popular" que la justicia sólo es aplicable a los más débiles, los que carecen de la defensa necesaria para poder actuar frente a un acto arbitrario de un organismo que, en la práctica, debe juzgar sin miramientos, pero dicho poder está debilitado; el caso FEF - GolTv demuestra que la Función Judicial carece de la fortaleza necesaria para hacer respetar sus propias decisiones, ¿cambiará eso? El tiempo lo dirá. Esperamos que la racionalidad también.