La ruleta ecuatoriana en busca del peor escenario: la fragilidad del sistema democrático - electoral nacional.

 

 

 

La crisis sanitaria mundial generada por el covid19 debió dar un golpe a la sensibilidad de la clase política criolla pero no, nos demuestran con lucidez sus peores harapos: 19 binomios buscarán llegar a Carondelet. Juntos no sale uno decente. No consta un binomio.

La crisis sanitaria mundial generada por el covid19 debió dar un golpe a la sensibilidad de la clase política criolla pero no, nos demuestran con lucidez sus peores harapos: 19 binomios buscarán llegar a Carondelet. Juntos no sale uno decente.

 

Entre marzo y abril del año en curso el país vivió la peor crisis sanitaria que se recuerde, en especial los guayaquileños sintieron el peor de sus efectos, cuando decenas de miles murieron, muchos de ellos todavía no han sido reconocidos por el sistema de salud nacional, por la pandemia mundial causada por el covid19; los guayasenses supieron, de primera mano, lo que es el total abandono estatal, ya que esos meses mencionados fueron los peores para nosotros.

 

Y el asunto no ha terminado, todo lo contrario, sigue latente la posibilidad de que exista un nuevo rebotre ante anuncios de nuevas reinfecciones a nivel mundial, sin embargo, lo que parecería ser una oportunidad para que la clase política reaccione y repiense en sus actos, han demostrado una total inmadurez: 19 binomios terciarán por la presidencia y vicepresidencia del país.

 

Un despropósito total desde cualquier mirada, ya que la simple razón de sus apariciones en la papeleta supone un insulto al sentido común, una "hiperrealidad" que supera cualquier ficción; aún cuando fuera legal que el Estado deba sustentar la existencia de tantos andarines sin norte desde la perspectiva económica, no hay sentido lógico que deba darse esa cantidad irracional ante el actual estado de las cosas; creyéndose dotados de algún elixir mágico, se presentan sin rubor solo para causar lástima ajena, pero esas decisiones parten por un problema matriz: el sistema democrático nacional.

 

¿Cabe que muchos candidatos deban "gastar" recursos del erario para sus trapacerías electorales? ¿sería justo ponerle un coto definitivo a tanto aventurero de vereda para que no actué tan simplonamente? ¿será capaz alguno de estos personajes, cuya capacidad para asombrarnos no terminará, de saber como manejar un Estado que está al borde de la quiebra y lidiar con el impacto económico más básico provocado por la pandemia? Lo que debería dotar el Estado es de una herramienta efectiva para que, de no cumplir determinados requisitos específicos, devuelvan íntegramente lo que los ecuatorianos "invertimos" en semejantes badulaques.

 

Por otro lado, es necesario demoler todo el aparataje de la década del correato, porque es simplemente grotesco ver personajes que se juntan y/o actúan en santo matrimonio con la criminalidad, a un nivel que sobrepasa cualquier ápice de indecencia.

 

Las elecciones en todas sus formas y dignidades de corte popular deben ser para los que obtengan los más votos, que tengan un plan concreto de gobierno de acuerdo a la dignidad que busquen, que se eliminen del registro todos los partidos actuales y se reintegren un porcentaje mínimo del 10 % del padrón electoral, con firmas presenciales y digitales, que se den primarias universales no obligatorias, estos como principios básicos para dar luces a un nuevo sistema electoral nacional.

 

Lo que ahora vemos, reitero, es una ofensa al sentido común, a la decencia, a la dignidad de un pueblo, un irrespeto a los que murieron en la mayor crisis sanitaria nacional y no tuvieron apoyo del Estado en todos sus niveles.

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